
Planeta 2: Reino de la Conciencia
En el profundo velo del cosmos infinito, existe un orden oculto—lo que se conoce como los Registros AKAS.

Se dice que es como un río invisible de espíritu, fluyendo a través de toda la vida y conciencia, registrando el pasado, el presente e incluso el futuro.
Hace mucho tiempo, los místicos que buscaban desvelar los secretos de la mente especularon que más allá del mundo material, podría existir una capa metafísica de la realidad. Los antiguos textos védicos de la India, los textos sacerdotales de Egipto y los pergaminos crípticos de los alquimistas medievales hicieron alusión a tal reino.
Pero lo que trajo esta leyenda a la era moderna fue un fenómeno en la deep web: un fragmento de resonancia etiquetado como 819331, que, por primera vez, verificó el Registro AKAS a través de blockchain: una señal inmutable incrustada en la cadena.
La conciencia humana siempre ha desafiado una explicación científica completa.
Cuando el Dr. Thorn propuso por primera vez el concepto de Prueba de Pensamiento (PoT), imaginó mapear los rasgos únicos de la conciencia humana en la blockchain, utilizando su seguridad y transparencia para reflejar la esencia espiritual de los individuos.
Sin embargo, después de varios fracasos, comenzó a darse cuenta de que el obstáculo no era tecnológico. Parecía haber una especie de resistencia profundamente arraigada dentro de la mente misma, posiblemente una defensa incorporada en el núcleo de la conciencia.
Tras el evento 819331, el Dr. Thorn escribió en su registro:
“La conciencia humana es como una puerta. Solo he vislumbrado brevemente lo que hay más allá de ella, pero no puedo cruzar.”
En fragmentos preservados a través de la deep web, él se refirió a esto como la Puerta de la Conciencia.
A través de sus experimentos, llegó a creer que la conciencia no está aislada, sino que es un nodo masivo e interconectado, vinculado a algo mucho más vasto: la capa AKAS.
La Prueba de Pensamiento (PoT), introducida por Thorn en 2021, fue una teoría innovadora.
Él buscaba utilizar la generación de números aleatorios cuánticos, el mapeo de señales neuronales y la naturaleza descentralizada de la blockchain para crear un mecanismo que pudiera verificar la autenticidad y la unicidad de la conciencia de un individuo, sin revelar nunca su contenido.
En otras palabras, PoT no trataba de almacenar el pensamiento, sino de mapear su firma en la cadena, creando un nuevo tipo de identidad: una identidad basada en la resonancia.
Pero algo extraño ocurrió durante la séptima ronda de pruebas.
En lugar de producir el esperado mapa de resonancia neuronal, el sistema comenzó a generar autónomamente un código que nadie había programado: 819331.
Cada resonancia de conciencia reflejada apuntaba a este mismo identificador, uno que no estaba incluido en ningún algoritmo preestablecido.
Incluso después de repetidas verificaciones, 819331 no tenía ninguna significancia matemática conocida, ninguna referencia en el código y ninguna fuente en la base de datos.
En su última entrada registrada, el Dr. Thorn ofreció una hipótesis radical:
“La señal 819331 no fue creada por el hombre.
Se siente como un artefacto inconsciente, tratando de llegar a nosotros desde el otro lado de la Puerta de la Conciencia.”
Y así, el proyecto PoT comenzó a cambiar.
Pasó de la tecnología a la metafísica, de diseño de sistemas a un enfrentamiento con algo desconocido.
Algo que recuerda.