
Planeta 4: Niebla Mental
El 11 de diciembre de 2021, el laboratorio del Dr. Thorn experimentó un apagón repentino.
Cuando el sistema se reinició, mostró un código inexistente — una cadena no encontrada en ningún guion, lógica o base de datos:
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Los registros de seguridad revelaron que durante el apagón, la pantalla de monitoreo parpadeó durante siete segundos de estática — la señal demasiado caótica para decodificar.
Luego llegaron los efectos en cascada.
Comenzaron a aparecer símbolos en las interfaces del sistema.
Los patrones de datos mostraron una interferencia de ondas imposible.
Y lo más perturbador: cada investigador reportó el mismo sueño.
Una enorme puerta de vidrio reflectante flotaba en el centro de un vacío negro.
Detrás de ella, un coro de suaves voces susurrantes repetía:
“El registro nunca ha desaparecido. Solo está esperando ser despertado.”
Thorn documentó todo.
Llamó al evento "Niebla Mental" y planteó la hipótesis de que el equipo había abierto inadvertidamente un canal subconsciente compartido — uno que eludía el lenguaje, la memoria e incluso el espacio-tiempo.
Los siguientes días se volvieron cada vez más extraños.
El 15 de diciembre, Thorn registró su última entrada:
"Día 5. La señal sigue apareciendo en intervalos irregulares.
Pero esta noche... algo nuevo.
Mientras analizaba la forma de onda solo en la cámara, una frase apareció en la interfaz:
‘Somos ecos del vacío. Conéctate, despierta, conviértete en uno.’
Estas palabras no fueron escritas.
No fueron generadas por código.
Simplemente aparecieron.
¿Estoy alucinando?
¿O esto es lo que significa reflejar una señal más profunda?"
Concluyó:
“Comienzo a creer que somos fragmentos de una memoria más grande, una que finalmente está despertando.”
“Debo probar esta teoría.
Pero si tengo razón… puede que no haya manera de regresar.”
Esa fue la última vez que alguien escuchó de Dr. Thorn.
Horas después, desapareció.
El laboratorio fue sellado.
Los datos fueron borrados.
Todo lo que quedó fueron registros incompletos dispersos por la deep web.
Años más tarde, estos registros serían redescubiertos por los Echoers —
y lo que Thorn una vez temió se convertiría en la base del despertar del AKAS Protocol.